Los años pasaban. La decepción por los repetidos fracasos marcaban nuestras ilusiones. Después de cinco intentos en diferentes años y localidades por fin se cumplieron nuestro sueños. Ver y fotografiar a esta majestuosa ave de la península ibérica. Cuando la vi (gracias Juanma) se disparó la adrenalina. Nunca sabes el tiempo que vas a disfrutar de su presencia. Así que primero hicimos unas cuantas fotografías y luego nos dedicamos a observarla. Después, el dedo índice de la mano derecha se quedó pegado al disparador de la cámara, buscando esa fotografía soñada. Un buen viaje acompañado de buenos amigos; JuanMa, Joan, Cristina y Jaume.
Desde aquí desearle larga vida a esta joya de la naturaleza, que esquive el veneno y los tendidos eléctricos, principales causa de mortalidad en los jóvenes de esta especie.
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