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domingo, 9 de octubre de 2022

Infierno Rojo. Por las montañas de Alicante.

 

Apenas había empezado a clarear, enciendes la emisora y te enteras del lio montado. Sales rápido, talvez más del debido, la adrenalina te empuja. Controlas la velocidad, hay que llegar. Todo incendio por definición es un puto caos. Hay que saber si hay viviendas (habitadas o no) en el monte, caminos de accesos (preferentemente con salida), saber el tipo de vegetación, si hay pendiente o es terreno liso, velocidad y dirección del viento y un largo etcétera que acorto para no aburrirte. A todo esto, añade servicios de emergencias; bomberos, agentes medioambientales, guardia civil, policías locales, estos últimos encargados de controlar los accesos de los vecinos preocupados por sus posesiones (ya sean viviendas o campos de cultivo entre el pinar). Se establecen prioridades y estrategias, ataque directo con brigadas terrestres y descargas de agua o retardantes (como en esta fotografía) con los medios aéreos. Pasa el tiempo, parece que el trabajo y la estrategia da resultados. Acabas cansado pero contento. Sabes que, aunque te duches el olor a incendio permanecerá varios días en tus fosas nasales. Esperando que este último que has vivido haya sido el peor. Pero no será así, el abandono del mundo rural y el cambio climático tienen la guadaña preparada y lista para cuando se den las condiciones apropiadas. Allí nos encontraremos, en el infierno rojo. 

Recuerdos de un incendio a mediados de la primera década de este siglo en la Marina Baixa. 


sábado, 8 de octubre de 2022

Vicente Carrillo. Alacant.


Limpiando un pendrive aparece esta fotografía de Vicent. Sigo sin poder borrarlo de los contactos del teléfono, ni borrar sus Whatsapp. No voy a hacer una elegía de él, que se lo merecería, pero me faltarían palabras. Vicent era una buena persona, sin dobleces, siempre sonriendo, salvo cuando "posaba". En la fotografía en una exposición de su obra en el Freaks. Te echamos de menos amigo.