A las 15'48 del sábado 30 de abril, hice la primera foto de esta serie, la última a las 17'04. Una de las cosas buenas que tienen las granizadas para los que no somos agricultores, es la luz. Su ausencia al principio, la obscuridad que invade el día. Que anuncia su llegada. En seguida oímos en la lejanía su poder. Poco después caía con intensidad granizo y más granizo acompañado de agua. En pocos minutos unos 30 litros de granizo y agua. Y tan pronto como llego, se fue. Y en seguida esa luz maravillosa y los paisajes y los rincones con la piedra y las plantas con el hielo a sus pies, como si de una nevada se tratara. Y el barranco de Bortolons con agua, enseñando su poder. Y el castillo entre brumas como si de una saga nórdica se tratara, y en la lejania el Puig Campana. Relleu, eterno Relleu.
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