Verde que te quiero verde.

 

Días de flamencos y anillas. Salinas del Pinet.

Como otros veranos había salido a leer anillas de flamencos a las Salinas del Pinet, cercanas de la casa familiar paterna. La lectura de anillas me produce esa agradable sensación del regalo sorpresa. Lo primero es el mismo regalo de encontrar un flamenco anillado y poder leer su anilla. Segundo es enviarla a la oficina de anillamiento y luego esperar el regalo de su periplo vital (¿dónde nació y en qué año?. ¿Dónde se ha visto y en que fechas?. Incluso los observadores que han compartido sus lecturas por todo el mediterráneo occidental. Pero esta agradable y reconfortante actividad es compatible con la pasión por la fotografía. Por probar diferentes configuraciones y ajustes de la cámara. En esta ocasión una clave baja.

Por cierto, al rato el flamenco se movió y pude leer la anilla de PVC. Ahora toca esperar a que envíen su periplo.

Dos realidades, un solo plano.

 

Roces

 

Reflejos.