El polvo lo invade todo, la nariz, la garganta, los pulmones, los bronquios, los alveolos. Llega hasta las células. Hay momentos que te asfixias.
El polvo lo ha invadido todo, se cuela entre las hojas de los libros, en los discos, en los muebles, en las sábanas.
La fruta te sabe a polvo.
Hasta los gorriones, esos sabios compañeros, han desaparecido.
La Diputación Me Mata.
Relleu.
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