Hay rincones de la marina baixa, que te seducen, que te hacen parar un instante. Respiras hondo, te empapas del almendro en flor, de los pinos y de las montañas. Sin olvidar los márgenes de piedra. Márgenes de piedra que han sido hechos por gente honrada, trabajadora, muy trabajadora. Que aparte de conservar la tierra y tener cosechas estaban orgullosos de su trabajo, de las cosas bien hechas. Piedra a piedra. Sin prisas.
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