Volvía de ver la exposición de Antoni Miró (muy recomendable, esas fotos las dejaremos para otro día) en el puerto de Valencia, cuando de pronto me encuentro con uno de mis primeros motivos fotográficos, allá por mediados de la década de los ochenta del siglo pasado. La hora, el mediodía, un sol de justicia, una luz muy dura que desaconsejaba sacar la pequeña cámara que me suele acompañar en los viajes. A pesar de todo me puse a componer, recordando el pasado y el paso del tiempo. Pasos pasados, desaparecidos. Solo quedaba "Hierro y Éter".
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