Habíamos subido al monte por trabajo, como tantas veces. Era el segundo día de Navidad. A lo lejos vimos/intuimos un grupo de muflones. Deje todo menos la cámara. Presté atención a la dirección del viento y dando un rodeo me puede acercar a los muflones. La sorpresa fué que eran muflonas y sus crías. Entre ellas se pueden ver algunas preñadas. En seguida se dieron cuenta de mi presencia y casi como si supieran de mis inocentes intenciones, se fueron alejando tranquilamente. La vida se abre paso en la montaña.
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