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sábado, 6 de abril de 2019

La Rabosa

Hay cosas que no tienen precio. Como estar comiendo con unos buenos amigos y de pronto delante de la ventana ver a un zorro deambular. Todos dejamos de comer y observamos la escena. 
Cuando veo un zorro siempre pienso en la suerte de haberlo visto. En que el territorio esta en equilibrio. No voy a entrar en otras consideraciones como en control del conejo de forma natural, disminuyendo los daños en la agricultura. Ni en el poco valorado trabajo que hacen los zorros, eliminando los conejos enfermos, ayudando a controlar las epidemias de estos (mixomatosis y virus hemorrágico). Si que observe hace años, que un control desmesurado de zorros, hizo que la población de conejos bajara, ya que nadie controlaba de forma natural los conejos enfermos. 
Después de la primera alegría por ver "la rabosa", pensé en la necesidad de alimento para esta, o para su prole. La necesidad obliga. 

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