¡Ay la luz!. ¡Que pasión por la luz!. Esos instantes únicos e irrepetibles, que vives con la premura de lo efímero, de lo fugaz. Sabes que lo que ves, va a durar segundos, no llegara a minutos. Que después todo cambiara y nada volverá a ser igual. Respirar, sentir el presente, respirar. Ser consciente del momento y de la fugacidad de todo. Seguir respirando y disfrutando. Y al lado, el mar con su salado olor.
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