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martes, 8 de enero de 2019

Auschwitz I. 2018.

La visita a Auschwitz era una de esas cosas que tienes pendiente en la vida. Durante años la he pospuesto, pero viendo el resurgir de movimientos fascistas en Europa era el momento de ver lo que hizo en el pasado esa ideología. Como decía Geroge Santayana "Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo". En noviembre de 2018 aprovechando un viaje a Cracovia fuimos a conocer el mayor campo de exterminio nazi. Lo que había leído y visto en documentales se quedo corto con lo percibido. Mis fotografías reflejan una parte de lo visto y no pueden transmitir lo sentido durante el recorrido por los campos de exterminio. 

Puerta de entrada con el siguiente letrero "El trabajo os hará libres".



El campo de concentración se ubico en un antiguo cuartel polaco. Los edificios de la derecha sin sótanos son de la época polaca, los de la izquierda con sótano construidos por los nazis.

Botes de Zyklon B, usado en las cámaras de gas. Se calcula que fueron asesinados alrededor de 1.300.000 personas entre judíos, polacos, gitanos, prisioneros de guerra rusos y también algunos republicanos españoles.

Fotografía tomada de forma instintiva en Auschwtiz. Una manera de reflejar las personas asesinadas (y desaparecidas). El desgaste de los escalones me sigue atormentando, al pensar en las personas que subieron y bajaron por ellas, sufriendo, humilladas, sin futuro. 

En uno de los pabellones quedan las prótesis de las personas con minusvalías. Todas ellas eran automáticamente asesinadas.

Enseres de los presos que trasportaban al campo de exterminio.

Antes de subir a los trenes les hacían poner los nombres en las maletas, como si después fueran a devolvérselas. Una manera de apaciguar a los prisioneros.




Pabellón de experimentación de los "médicos" de las SS, con niños, gemelos, enanos, así como esterilizaciones y castraciones de adultos.

Joaquin Corteillo, valenciano, la única fotografía que encontré de un español republicano. 





Trampilla en el techo de la única cámara de gas que queda, por ella introducían los botes de Zyklon B. 

Interior de la cámara de gas. A los prisioneros se les daba una pastilla de jabón diciéndolos que era para asearse, luego cerraban la cámara y los axfisiaban con el Zyklon B. 

Sumidero de la cámara de gas. 

Horno crematorio, el único que queda. El resto de cámaras de gas y de hornos fueron destruidos con la intención de que no quedaran pruebas del genocidio.
Precaución Alto voltaje. Muchos prisioneros se suicidaron tirándose contra las alambradas electrificadas para poner fin a sus sufrimientos.

“Si comprender es imposible, conocer es necesario porque lo sucedido puede volver a suceder, las conciencias pueden ser seducidas y obnubiladas de nuevo, las nuestras también. Por ello, meditar sobre lo que pasó es deber de todos”.
Primo Levi

3 comentarios:

  1. Cómo tienen que estar de enfermos aquellos que relativizan esos sucesos o los que los niegan. De los que aún los defienden es incomprensible entender qué rige en sus mentes y menos todavía en sus almas.

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  2. Elías, durante semanas tuve las fotografías sin revisar, directamente no podía.

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  3. Hola Luis Fidel, Imagino como has podido estar. Yo no podría ser capaz de entrar al campo, muchas veces me lo he planteado. Supongo que la sensación es escalofriante y aterradora. Está claro que el ser humano es capaz de lo más bello y lo más cruel. Pero cierto, que todo se olvida rápido, y los que lo olvidan es porque jamás serán ni fueron conscientes de semejante barbarie. Ni querrán serlo.

    Un abrazo y feliz año, María Jesús

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