Buscar este blog

martes, 15 de septiembre de 2015

No es eso hija, no es eso.

Tortuga boba, entregada por un pescador y recuperada por el Centro de Recuperación de "El Saler".

Tortugas bobas, procedentes de la puesta en la playa de San Juan en 2014.
Ayer 14 de septiembre, fui con mi hija a la suelta de Tortugas bobas (Caretta caretta) en El Carabassí. Yo le había contado lo interesante que era la suelta, le había dicho que era un gran paso para la conservación de la especie, le había dicho lo importante que es la educación ambiental. Perdón hija, lo que vimos no era lo que yo esperaba, ni lo que en lo que creo ni siento, respecto a la conservación de las especies. Todo fue un dislate. Nada más llegar y ver toda la gente que había, los sistemas de megafonía, el cordón en la playa, la policía local, nos pareció un espectáculo. Supongo que la falta de control en la gente que accedimos a fotografiar las primeras tortugas, la espera por parte de los ciudadanos hasta la suelta de las mismas, hizo que aquello se convirtiera en un espectáculo poco educativo.  Reconozco, que me sentí incomodo haciendo las fotos, era todo una aglomeración. El espectáculo lamentable de coger y enseñar las tortugas entre la gente por parte de la organización. Reconozco que solo pude hacer unas pocos fotos de la tortuga que había entregado un pescador y que habían recuperado. No me esperé a las tortugas con radiotransmisor que soltaron posteriormente. Al rato cuando nos vimos, me encanto que no te hubiera gustado, que estuvieras indignada por el trato a las tortugas. Luego me fuiste contando cosas que yo no vi, ya me había ido. Me contaste como se saltaron el cordón y la gente fue a ver las tortugas, como algunas tortugas retrocedieron. En fin, hija, no es lo que esperaba, lo de ayer fue un espectáculo lejos de la conservación y la educación ambiental.


2 comentarios:

  1. Queridos amigos Luis y María:

    Lo que tristemente sucedió era lo que yo me temía que ocurriera: un circo. Desde las primera noticias que tuve del asunto, todas me fueron llegando con ese tufillo a gran fiesta, a espectáculo, a demasiada gente, a... todo menos a lo que debía ser. Al final no fui.

    Podría decirse que entonces no debería manifestarme es estos términos pero sé que mis sensaciones hubieran sido y son al cien por cien las mismas que ayer os encontrasteis. Una pena.

    Por suerte, aún nos quedan muchos auténticos espectáculos naturales para alimentar el espíritu, sin parafernalias ni altavoces.

    ResponderEliminar
  2. Una pena Elías, mi hija me dijo que no volvería a un espectáculo semejante.

    ResponderEliminar