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domingo, 28 de enero de 2018

Roma ciudad amable. 2018.

Violinista delante del Panteón.

Esas imágenes impagables en las esquinas de la vida. Al lado de un librería.

El final de la navidad. Todavía quedaban las luces navideñas en múltiples lugares.

Siempre el diseño. El cuidado en los escaparates, el buen gusto.

El Coliseo. Mil veces visto en imágenes, mil veces imaginado, resulto sorprendente.

Matisse en el Vaticano.


La guardia suiza del Vaticano. Se desmonto la leyenda del uniforme diseñado por Miguel Ángel.

"La Pietat", Miguel Ángel en estado puro. Con 25 años. Solo la vista de esta obra justificaría la visita a Roma. 

El Moisés de Miguel Ángel. en la iglesia de San Pietro in Vincoli. Gracias Nieves.


Detalles del Moisés de Miguel Ángel.




Las imágenes anteriores corresponden al Coliseo y la zona del Foro romano

La Fontana de Trevi.

Escaparate en un primer piso. Impresionante.

Las castañas y el invierno. La mano y las castañas.


En una esquina de noche.



La Boca de la Verdad.

Puente Emilio, o puente roto.


Clásico.
 

   

Roma, ciudad amable. Pocas ciudades tan amables como Roma. En una visita de pocos días a Roma Susi y yo, hemos pateado la ciudad. Para mí era la primera vez, Susi ya la conocía. La verdad es que la primera impresión al entrar en la ciudad, desde el aeropuerto de Fiumicino, fue caótica.  Luego todo cambio. La amabilidad de la gente nos dejo encantados. Los saludos en los bares al entrar a desayunar o tomar un café, buenísimos los cafés. La primera noche visita al Coliseo. No te sorprendes por conocido, te impresiona por las dimensiones. La imaginación vuela e intenta recrear la antigüedad, vana ilusión, siempre me quedaré corto en esa quimera. Al día siguiente visita a los museos Vaticanos y vas de sorpresa en sorpresa. Todo lo que has imaginado se queda corto. Después visita a la Basílica de San Pedro.  Nada más entrar y a la izquierda la maravillosa escultura de Miguel Ángel, "La Pietat". Reconozco que me faltan palabras y adjetivos. Solo la visita de esa escultura justificaría la visita a Roma. En los días siguientes entrada al Coliseo y al foro Romano. Y callejear visitando plazas que están en nuestro imaginario colectivo y cinematográfico; Plaza de España, Fontana de Trevi, ... Imposible abarcar Roma en tan pocos días (cinco incluyendo los días de vuelo). Posiblemente el edificio que más me impresiono, por tener poca información de el, fue el Panteón. Volveríamos a verlo en repetidas ocasiones. El ultimo día exprimiendo las horas fuimos a ver "I GRANDI MAESTRI", 100 anni di fotografia leica. Y como olvidar las pizzas y platos de pasta de esos días, variedad y calidad. Roma ciudad amable, ciudad fotogénica. 

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